Capítulo 2 El llamamiento y la renuncia en la vida del líder - El líder ante un momento crucial La noche cayó con una sorprendente rapidez. Su esposa se encontraba unos metros más allá. Dormía. El no podía conciliar el sueño. Hacía calor. Sudaba. Hubiera querido beberse otro vaso con agua fría, pero asumió que lo mejor era salir por un rato de la estancia y dejarse arrullar por la brisa que—cerca de la medianoche—golpeaba con fuerza sobre el caserío. --¿A dónde vas?—preguntó la mujer. --Afuera, no tardo—respondió él mientras cruzaba el umbral de la puerta. El cielo lucía hermoso, tachonado de estrellas que se perdían en el infinito. Alrededor, las gentes dormían. Estaban ajenos a su realidad. El no hacía otra cosa que pensar. La vida le había sonreído. Tenía el reconocimiento de sus coterráneos, gozaba de solidez económica, de un hogar apacible, de una familia que le amaba y de vastas extensiones de tierra que se perdían en el horizonte. --Definitivamente la vida me ha sonreído...—musi...
Padre de los huérfanos y defensor de las viudas es Dios en su morada santa. Dios da un hogar a los desamparados y libertad a los cautivos; los rebeldes habitarán en el desierto. (Salmo 68:5-6) ¿Alguna vez has vivido lejos de tu familia? Si es así, entonces sabes bien cómo se siente estar alejado de aquellos que amamos. Sea por motivo de una mudanza pasajera debido al trabajo o a los estudios, o por una condición definitiva de pérdida por separación o muerte, es muy difícil estar lejos de casa. Sentimos que estamos solos y desamparados frente a la vida. Si esa es tu condición hoy, no estés triste: ¡Dios conoce tu dolor y él cuida de ti! El Señor hace que el solitario viva en familia. Aun si has perdido a tus padres, a tu cónyuge, a tus hermanos o a tus hijos, si crees en el Señor y en su Palabra, jamás estarás solo. El Padre celestial nunca te abandonará. Además de contar con su preciosa presencia, él añade personas especiales a tu alrededor para que recibas ben...